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¡Hola amigas! Mi nombre es Adriana tengo 27 años, desde que me acuerdo me han molestado por tener muchas pecas en mi cara, por ejemplo, me decían banano pecoso; con eso me sentía muy avergonzada. De pequeña pensaba que era anormal, siempre miraba el rostro de otras chicas y me decía en mi mente ¿por qué no puedo ser como ellas?¿por qué tengo que tener esto?

Luego mire a mi mamá, ella tiene miles en sus brazos y carita, ahí entendí que era una parte de ella; pero lastimosamente esto no me hizo perder del todo mi inseguridad. Cuando cumplí 17 años me aplicaba muchos productos que me aclaraban un poco las pecas, pero seguía queriendo estar sin nada, tener un rostro limpio de pecas, pues tenía aún en mi mente esas burlas de pequeña.

Hasta que llegó un día un doctor que me hizo entender y amarme a mi misma, en ese momento estaba callada y muy pensativa, él se acercó y me dijo - tus pecas son hermosas, las mujeres con pecas son hermosas. Después de eso empecé a ver mis pecas quizás de otra forma, sin que nadie lo pidiera la gente comenzó a hacerme muchos comentarios lindos sobre mis pecas.

En ese momento entendí que tenía que amarme, que era hermosa y que la belleza está en los ojos de quien la mira; no en los estereotipos de la sociedad. Cada una tenemos nuestra belleza auténtica que entre gustos, no hay disgustos.

Por eso, solo tenemos que amarnos tal y como somos, pues muchas personas quisieran tener ese detalle que a ti no te gusta y así entendí que esa sería mi ventaja, quizás el diferenciarme y tener mis chispas de chocolate, me hacía única.

Mis chispas de chocolate nadie las puede repetir, su orden y color son como constelaciones; así las amo. Por eso chicas, amansen y no dejen que nadie les diga lo contrario, pues somos únicas.

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