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¡Hola chicas! Que placer volver a encontrarnos una vez más. Hoy les traigo un tema que está totalmente vigente. Relaciones abiertas. ¡chan! ¿Sabés qué son? ¿Qué significa abrir una pareja? ¿Las relaciones abiertas son para todas las personas?

Bueno, es un temazo, así que vamos por partes porque quiero que toda la info que te voy a dar te sirva y la puedas compartir (con tu pareja, con amigas o con quien vos quieras).

Ustedes saben que a mi la cosa de definir y poner rótulos y etiquetas me hace un poco de ruido. Sin embargo, es importante que tengamos claros algunos conceptos para poder pensarlos y reflexionar al respecto. La monogamia está tan aceptada socialmente que ni nos cuestionamos donde estamos: se acepta que ames a varias personas a lo largo de toda tu vida, pero no en simultáneo, y mucho menos que tengas relaciones sexuales con otras personas durante una relación monógama. De ser así, se dinamita el pacto de confianza y compromiso de tu vínculo.

Entonces, ¿La monogamia es el único modelo posible de amor? No. ¡Hay otros! Abrir una relación puede dar el puntapie para que conozcas una inmensidad de posibilidades, desde experiencias con tríos, swingers, poliamor o un “permitido” al año.

¿Qué es una relación abierta?

Primero que todo, la pregunta estrella cuando hablamos de relaciones abiertas, es: ¿Cuándo abrir una pareja? Y la respuesta va por la inversa: cuando NO abrir la pareja. Es decir, si vas a abrir la pareja como respuesta a una infidelidad, como respuesta a una disfunción sexual o como salida a un conflicto, mi respuesta es NO LO HAGAS. Así, con mayúsculas, porque abrir una relación no significa libertinaje total para hacer lo que quieras, significa mantener un acuerdo, un pacto de confianza y compromiso con tu pareja, no es: listo abrimos y con esto resolvemos.

Como todo vínculo, las relaciones abiertas también tienen su contrato, sus negociaciones y su manera de funcionar que las hace únicas para cada persona. Hay un dicho que dice “Cada pareja es un mundo”, y si, imagínate en una relación abierta, no sólo es un mundo, es un gran universo a descubrir, pero tiene que ser descubierto de a dos, porque abrir de manera unilateral no va a funcionar para ninguna de las dos personas.

Cómo llegar a acuerdos en una relación abierta

Otra gran pregunta es: ¿Cómo manejo la culpa? Y ahí viene una reflexión: si antes de abrir la pareja estás sintiendo culpa, quizás abrir no sea para vos, o no lo sea en este momento puntual. Informarse siempre ayuda a bajar la ansiedad, pero a veces las experiencias no podemos magnificarlas hasta transitarlas, con lo cual, no arriesgues tu relación por algo que ya de antemano te hace sentir incómoda.

Dialogá (mucho) con tu pareja antes de tomar una decisión así. Infórmense acerca de los pros, los contras y las fantasías que tienen al respecto. Cuáles son los límites, cuáles son los consensos que tendrán, cómo van a cuidarse, si se van a comunicar respecto a los vínculos que mantengan en simultáneo o no. Por ejemplo, hay parejas que definen no tener relaciones con nadie que sea conocido o del entorno, otras que únicamente deciden tener relaciones si la otra persona también lo hace el mismo día, es decir: un universo de opciones y posibilidades que sólo funcionarán si dialogan previamente al respecto.

Pero atentis, chicas: que hablarlo una vez -y aunque todo quede claro- quizás no sea suficiente. Hablen las veces que lo necesiten y mantengan el tema en diálogo, es decir, incluso habiendo ya abierto la relación. Sigan hablando, negociando y manteniendo contratos saludables en función de lo que quieren y desean en el presente y en el futuro de este vínculo.

¿Qué hago si mi pareja quiere una relación abierta y yo no?

¿Qué pasa si vos o tu pareja quieren abrir la relación pero la otra parte se niega? Bueno, es posible que pase. Si ya dialogaron al respecto, hablaron acerca de las expectativas, deseos y límites pero no llegan a acuerdos, quizás lo ideal será definir el futuro de la relación.

Tomemos el ejemplo de Ana y Diego. Ana quería abrir la relación pero al comentárselo a Diego, le confiesa que en realidad era porque quería tener relaciones con un compañero de trabajo y no quería ser infiel. Claramente no fue un motivo lo suficientemente válido para Diego como para abrir la relación, y él decidió que como el deseo de Ana era más fuerte, no era quién para invalidar sus sentimientos al respecto y decidió cortar esa relación.

Esa renuncia a la relación, si bien dolorosa, trae una verdad intrínseca: no todas las personas pueden aceptar abrir una relación,y eso también está bien. No todo lo que vemos o sabemos tenemos que ponerlo en práctica, y si los motivos no son lo suficientemente válidos para sostener la relación abierta -esto lo decide cada pareja/universo-, entonces también se deben tomar decisiones adultas y maduras.

¡Porque no es magia! Las relaciones abiertas existen desde el inicio de los tiempos. Pero sin diálogo no hay contrato posible que permita transitar esta experiencia con confianza y tranquilidad. ¿Y vos, abrirías tu relación? ¿Estarías en una relación poliamorosa? Contanos, te leemos en los comentarios!

Maru.

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